CALENDARIO AZTECA ( Hoy es)

lunes, 31 de agosto de 2009

México: Los jóvenes indígenas y la globalización en América latina


En un mundo complejo y multicultural, herencia de casi tres décadas de nuevas prácticas económicas y comerciales, las nuevas generaciones indígenas en el continente también están modificando sus patrones culturales según el impulso de la modernidad (Foto: Jesús Quintanar).

Por Irma P. Juárez González*

Milenio, 30 de agosto, 2009.- Tal es título de la obra coordinada por la especialista Maya Lorena Pérez Ruiz, que como comentados en este espacio (“El nuevo rostro de la pobreza, fin de semana, 16 de agosto), da cuenta de las aportaciones de un abanico de expertos que participan en ella, como Laura Valladares de la Cruz, Milca Castro Lucic, Germán Rojas Roncagliolo, Carlos Ruiz Rodríguez, Alexis Rivas Toledo, Eva Fisher, Maziel Terrazas Merino, Álvaro Bello Maldonado, Verónica Ruiz Lagier, Marta Romer, Rebeca Igreja, Manuela Camus y Martha Ligia Mayorga.

La idea eje del volumen es reflexionar sobre los procesos a los que se ven expuestas las identidades indígenas ante la globalización, en especial los jóvenes, y si el resultado de este proceso de contacto, homogeniza, desdibuja o desaparece estas mismas identidades.

Por lo mismo, la obra Jóvenes indígenas y globalización en América Latina (INAH-Conaculta, 2008) se vuelve de lectura obligada para quienes estudian los procesos migratorios y sus efectos en los tejidos sociales, políticos y culturales; así como para quienes se especializan en las juventudes indígenas. Pero también resulta vital para revisar la idea que nosotros mismos tenemos de lo mexicano, lo latinoamericano y de la manera de pensarnos en la globalización.

Futuro incierto

Uno de los énfasis está puesto en reconocer que, si bien la globalización tiende a homogenizar los patrones de consumo, de acceso a la información y de apropiación de estilos de vida modernos, ésta también impacta con fuerza en las manifestaciones culturales, las expresiones artísticas y las modas que los jóvenes indígenas o mestizos, blancos o negros, hispanos o asiáticos enarbolan como formas de sumarse a una época en la cual la premisa “vive intensamente, muere rápido” se vuelve un espacio común frente a un futuro incierto y poco alentador.

El libro también registra las tendencias a una renovación entre los jóvenes indígenas guatemaltecos, purépechas, aymaras o mapuches, entre otros, quienes a través de una tradición de diásporas históricas de padres y abuelos han deconstruido y reconstruido rasgos identitarios para contender ante diversos espacios y nuevos mundos simbólicos a su paso por nuevas tierras.

Menciona Pérez Ruiz que “los trabajos aquí reunidos muestran cómo los procesos que se gestan entre los indígenas de América Latina no son unidireccionales ni producto de una oposición mecánica entre lo tradicional y lo moderno. Lo que se advierte en cambio, es cómo ese poderoso flujo de modernidad que está presente en las comunidades indígenas, rurales y urbanas, puede producir también el fortalecimiento de las identidades propias, además de generar nuevas formas de identidad y cultura, si bien como lo explica Martha Romer éstas pueden estar en tensión e incluso en conflicto. Así que junto a la desterritorialización y la deslocalización inherentes a la globalización, que acaso esté generándose en ciertas regiones del mundo, entre los jóvenes indígenas de América Latina encontramos que se están gestando nuevas formas de reterritorialización y de relocalización de culturas e identidades particulares, muchas de ellas expresadas entre el sector indígena joven”. (pp. 33)

Diversas trayectorias y derroteros

Las experiencias narradas en la obra dan cuenta de la gran distancia recorrida en la reflexión sobre lo indio, y cómo las propias trayectorias de dos generaciones o más suponen una nueva formar de pensar las identidades indígenas.

No se puede evitar escuchar los ecos de la lectura de Guillermo Bonfil Batalla en su México profundo en donde el autor reflexionaba cómo era pensado lo indio en las esferas de lo que el llamó el México imaginario, el México moderno, en donde desde las esferas políticas y gubernamentales lo indio era parte de un patrimonio muerto; el indio era recordado en los pasajes de los libros de textos gratuito, lo indio venerado como un monumento. Pero el indio, lo indígena no tenía cabida como tal, sólo podía ser rescatado como folclor.

En la obra coordinada por Pérez Ruiz las vidas, las fiestas, los rituales, las trayectorias académicas y políticas muestran la capacidad de estas juventudes de recrearse en un mundo complejo y multicultural. Figuran también los temas de género, de igualdad, los nuevos procesos de socialización, la nueva manera de conceptualizar el ser joven indígena, la constante presencia del ser “cholo, pachuco, mapurbano” así como la transformación de las jóvenes indígenas que pese a ser tildadas de locas, dejadas o raras ya no quieren en la actualidad ser robadas para iniciarse en la vida marital, ni siguen al pie de la letra lo que los mayores les indican.

Ellas y ellos deambulan entre dos percepciones de los que se quedan y los que salen de la comunidad, rescata Pérez Ruiz de acuerdo con lo que Martha Lilia Mayorga halló entre los jóvenes indígenas colombianos: “Hacia los que se van, las actitudes pueden ser de molestia y de desconfianza, como lo indica la abuela que habla lengua wayúu y que dice que “hoy en día los jóvenes no pueden contar sus sueños porque ni siquiera saben qué sueñan”; aunque también pueden ser de confianza, como narra el taita Antonio Jacanamijoy, para quien esos jóvenes universitarios son los que “traen mensajes [de afuera] para luego llevarlos a su lugar de donde proceden [sus comunidades], de modo que son vistos como los que aprenden cosas que después pondrán al servicio de su pueblo.” (pp. 23)

Muchos de estos jóvenes no conocieron la lengua materna, otros la escondieron, la guardaron para no ser blanco de estigmatización y devaluación.

Quiero terminar con un poema escrito por Natalio Hernández en náhuatl y del cual él mismo refiere lo siguiente (El camino del diálogo pp. 147-148. En Renacerá la palabra, José M. Valenzuela, 2003): “El canto, la poesía en mi propia lengua, me ayudó a no morir de angustia cuando empecé a radicar permanentemente en la gran ciudad de México-Tenochtitlan. Pero también el poema o xochicuicatl en mi propia lengua me llevó a tomar conciencia de que nuestros pueblos tenían que empezar a caminar solos”.

Así escribió Natalio Hernández en 1982 el poema que dice:

Quemantica nihmachilia

tlen timasehualme tihchia se tlacatzin tlen noche hueli,

tlen noche quimati

tle huelis techmaquixtis.

Inin Tlacatzin

tlen nochi hueli

ihuan nochi quimati axquema asis;

ipampa tohuaya itztoc tohuaya nemi

pehuaya tlachia nohua cochtoc.

(A veces siento que los indios

esperamos la llegada de un hombre

que todo lo puede, que todo lo sabe

que nos puede ayudar a resolver

todos nuestros problemas.

Sin embargo,

ese hombre que todo lo puede

y que todo lo sabe nunca llegará;

porque vive en nosotros,

se encuentra en nosotros

camina con nosotros; aún duerme,

Pero ya se está despertando.)

* Irma P. Juárez González es profesoradel Departamento de Sociología UAM – Azc. Coordinadora del Programa de Investigación Multidisciplinaria para un Desarrollo Sustentable. Correo: ipjg@correo.azc.uam.mx

jueves, 13 de agosto de 2009

Civilización y modernidad: El movimiento indígena


La tierra tiene un sentido muy profundo en la cosmovisión y en la forma misma de existencia de los pueblo indígenas... El movimiento indígena latinoamericano es un movimiento articulado y articulador que se construye en los espacios geográficos donde se desarrollaron las civilizaciones originarias.

La crisis mundial contemporánea no sólo se manifiesta en su dimensión económica y principalmente financiera, sino que representa también una profunda crisis civilizatoria del capitalismo mundial como modo de organización de la sociedad y como forma de producir conocimiento, al mismo tiempo que cuestiona fuertemente el sistema de poder en el planeta. Asistimos a la decadencia de un sistema hegemónico unipolar que necesita cada vez más de la intervención militar brutal para validar su condición de dominación, convirtiendo la civilización occidental en una fábrica de barbarie y de políticas de irrespeto a los principios fundamentales de convivencia de la humanidad.

La visión eurocéntrica

En la base de este sistema de dominación se ubica la perspectiva eurocéntrica como fundamento ideológico y como forma de producción y control de la subjetividad de las sociedades. La producción y reproducción de la vida material de los pueblos y la elaboración de sus imaginarios están dominados por la idea de que la civilización occidental es el único modelo civilizatorio del planeta, y que todas las demás civilizaciones, sin importar su nivel de elaboración y complejidad, su grado de desarrollo o sus aportes a la humanidad, son consideradas apenas culturas atrasadas respecto al modelo impuesto. La arrogancia de esta visión eurocéntrica no sólo justificó violentas formas de colonización y colonialismo sino que se convirtió en una barrera cognitiva que impidió a Occidente conocer y comprender la complejidad del mundo y las más antiguas e importantes civilizaciones del planeta. De esta manera, se despreciaron conocimientos milenarios, formas de organización de la vida y la sociedad no-occidentales, formas más humanas de relación con la naturaleza y la vida, sensibilidades estéticas altamente elaboradas, producción artística y cultural de gran importancia, aportes filosóficos e inclusive el denso pensamiento social producido fuera de los países centrales de occidente.

El eurocentrismo impuso una forma de hacer ciencia y un camino único de producción de conocimiento, que redujo a la condición de a-científico, para-científico o folklórico todo aquel conocimiento producido fuera de estos cánones. En esta perspectiva, el tiempo no existe, pues el conocimiento es universal y válido para cualquier tiempo histórico y para cualquier realidad social del planeta. Esta incapacidad de comprender que la teoría, la ciencia y el conocimiento son productos históricos, ha significado una de las principales limitaciones de la ciencia positivista. Esta ciencia, cada vez más preocupada con su coherencia interna que con la realidad social, se ha encerrado en sí misma para producir sus propias premisas y otorgar a sus deseos, la condición de conclusiones científicas. De esta manera, ha perdido la capacidad de comprender la complejidad del mundo contemporáneo y de cualquier intento de prever escenarios futuros. La humanidad está en camino a romper profundamente con estos paradigmas de ciencia y con esta visión del mundo y de la humanidad.

¿Modernidad vs atraso?

En América Latina la idea de modernidad, como modo de existencia social y como patrón de desarrollo, surge en el centro mismo del sistema colonial y como parte integrante de esta estructura de dominación y de poder. Como sostiene el sociólogo peruano Aníbal Quijano, al analizar el surgimiento de la noción de modernidad, se trata de un momento en la historia en el cual los varios tiempos e historias se configuran en complejas, contradictorias y discontinuas asociaciones entre estructuras fragmentarias y mutantes de relaciones de sentidos y de significados partes de un mismo y único mundo nuevo en plena constitución.[1] La idea de modernidad, entonces, surge en la base de la estructura de poder colonial, y se convierte en un mecanismo legitimador que impone la civilización occidental como la única vía de alcanzar el llamado “progreso”. Todo aquello que estuviera fuera de esta visión y de esta forma de organización social era considerado pre-moderno o atrasado.

Esta noción de modernidad, insertada orgánicamente a la estructura de poder colonial tuvo una enorme capacidad destructora y desarticuladota de las sociedades originarias latinoamericanas. En nombre de la modernidad se destruyeron estructuras enteras de conocimiento y sabiduría milenaria, así como avanzados modos de producción agrícola y formas de organización social comunitarias. Se puso en práctica una acción sistemática de destrucción de la memoria colectiva de los pueblos y civilizaciones americanas, de su imaginario histórico y de su propia percepción de pasado y futuro. Esta enorme capacidad destructiva significó también el propio exterminio de las poblaciones originarias, que a la llegada de los colonizadores europeos se estimaba en más de cien millones de habitantes y que en pocas décadas se vio reducida a casi la mitad.

Si América Latina fue el lugar desde donde se generó la acumulación de capital y las bases materiales para la construcción de la Europa Occidental como centro hegemónico mundial a partir del siglo XVI, es ahora la región donde se están desarrollando los nuevos elementos para la construcción de una civilización planetaria, más equilibrada e inclusiva, capaz de romper radicalmente con la herencia colonial y la visión eurocéntrica. Están surgiendo, en el continente latinoamericano, experiencias ricas y diversas de transformación social que están cambiando el escenario político, económico y cultural en la región.

Este proceso de transformación nos plantea grandes desafíos. Se hace necesario re-elaborar nuestra historia fuera de la visión colonial y crear matrices teóricas y metodológicas de producción de conocimiento capaces de dar cuenta de la complejidad y densidad de la realidad social. Pero sobre todo, se hace necesario apelar a nuestro legado civilizatorio, al conocimiento milenario y ancestral, a los saberes y formas de ver y sentir el mundo para re-construir nuestra memoria colectiva, deformada o destruida por la colonialidad, y construir nuestras identidades y nuestros proyectos de futuro y de sociedad.

El movimiento indígena latinoamericano

El movimiento indígena es quizás uno de los elementos más transformadores de esta densa realidad latinoamericana contemporánea. Éste se construye como un movimiento social de dimensión regional con un profundo contenido universal y una visión global de los procesos sociales y políticos mundiales. Al mismo tiempo, ha dejado de ser un movimiento de resistencia para desarrollar una estrategia ofensiva de lucha por el gobierno y el poder, especialmente en la región andina de América del Sur. A partir de una profunda crítica y ruptura respecto a la visión eurocéntrica, a su racionalidad, a su modelo de modernidad y desarrollo inserto en la estructura de poder colonial, el movimiento indígena latinoamericano se plantea como un movimiento civilizatorio, capaz de recuperar el legado histórico de las civilizaciones originarias para re-elaborar, no una, sino varias identidades latinoamericanas; no una forma de producir conocimiento, sino todas las formas de conocimiento y producción de conocimiento que han convivido y resistido a más de quinientos años de dominación. El elemento indígena se va convirtiendo en el centro del discurso y de la construcción de una visión del mundo, de un sujeto político y de un proyecto colectivo y emancipatorio. En las líneas que siguen, analizaremos este proceso.

El movimiento indígena como unidad geográfica e histórica

El movimiento indígena latinoamericano ha dejado de ser un conjunto de movimientos locales para convertirse en un movimiento articulado y articulador que se construye en los espacios geográficos de donde se desarrollaron las civilizaciones originarias. En el caso América del Sur, el movimiento indígena se construye en el espacio geográfico donde se desarrolló la civilización inca y las varias civilizaciones que la precedieron, ocupando los territorios de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Quinientos años de colonización no fueron suficientes para desarticular una unidad histórica y civilizatoria, como fue el “Tawantinsuyo” de los incas, y su profundo arraigo en un espacio geográfico específico: Los Andes. Los Estados nacionales conformados a partir del siglo XIX con las guerras independentistas no sustituyeron las profundas raíces históricas de los pueblos indígenas, que se reconocen quechuas, aymaras o mapuches, antes que bolivianos, peruanos o ecuatorianos.

La reconstrucción de los Andes como unidad geográfica y las civilizaciones pre-Incas e Inca, como unidad histórica, ha profundizado el proceso de integración del movimiento indígena sudamericano, que en julio de 2006, en la ciudad de Cuzco, funda la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI - con la participación de los pueblos Quechuas, ichwas, Aymars, Mapuches, Cymbis, Saraguros, Gumbinos, Koris, Lafquenches, Urus, entre otros tantos pueblos indígenas originarios de la región Andina[2]. En el acta fundacional, firmada por más de once organizaciones representativas, se establece una amplia plataforma de lucha para el movimiento indígena de todo el continente que incluye entre sus principales banderas la construcción de los Estados Plurinacionales; la defensa de los recursos naturales y energéticos, el agua y la tierra; los derechos colectivos de las comunidades indígenas y la autodeterminación de los pueblos como principio fundamental. Se trata de un plan de acción que incluye principios fundamentales de convivencia humana y de profundo respeto a las diferentes culturas, pueblos y nacionalidades.

Se han creado, en los últimos años, múltiples y diversos espacios de coordinación y articulación del movimiento indígena en la región, diversos foros de intercambio y movilización, al mismo tiempo que se han diversificado las organizaciones y redes indígenas y de los pueblos originarios. Esto ha generado una intensa dinámica y una creciente capacidad de movilización en los niveles locales, regionales y continental, con una clara vocación de articulación planetaria. Durante el último Foro Social Mundial de Belén, en enero de 2009[3], las organizaciones y redes indígenas ahí reunidas emitieron una declaración llamando a la más amplia unida para articular alternativas a la “crisis de civilización occidental capitalista”. Entre los principales ejes movilizadotes de este llamado están:

- La tierra como fuente de vida y el agua como derecho humano fundamental;
- Descolonialidad del poder y el autogobierno comunitario;
- Los Estados Plurinacionales;
- La autodeterminación de los pueblos;
- La unidad, equidad y complementariedad de género;
- El respeto a las diversas espiritualidades desde lo cotidiano y diverso;
- Liberación de toda dominación o discriminación racista, etnicista o sexista;
- Las decisiones colectivas sobre la producción, mercados y la economía;
- La descolonialidad de las ciencias y tecnologías;

- Por una nueva ética social alternativa a la del mercado.

La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas se ha convertido en un espacio dinámico de articulación política y social, que se proyecta hacia las organizaciones indígenas de la Cuenca Amazónica y de Centro y Norte América, ampliando el espectro de unificación, articulación e integración del movimiento indígena en todo el continente.

El Estado plurinacional como proyecto político

La plurinacionalidad, planteada como bandera política por el movimiento indígena de los años 90, ha sido asumida por las fuerzas progresistas de países como Bolivia y Ecuador, lo que ha permitido un amplio movimiento político y social capaz de aprobar en plebiscitos nacionales, o a través de asambleas constituyentes, esta nueva forma política e institucional de Estado. El Estado Plurinacional se plantea como proyecto político que cuestiona profundamente la visión homogenizadora del Estado-nación y con ello, la tradición política occidental en América Latina. Este nuevo modelo de Estado es profundamente incluyente. Basado en el principio de “unidad en la diversidad”, reconoce la existencia de múltiples nacionalidades, culturas, lenguas, religiones, y formas de espiritualidad. Incorpora las formas comunales de organización y autoridad en la propia institucionalidad del Estado, constituyendo una experiencia política absolutamente nueva en la región.

La constitución boliviana, recientemente aprobada por plebiscito nacional, establece en su primer artículo:

“Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país.” [4]

Se trata de un proyecto que debe construir aún su propia institucionalidad, pero que puede representa un modelo político cualitativamente superior al Estado-nación que sustenta la unidad nacional en la homogenización superficial y en la discriminación y exclusión cultural.

La tierra que nos acoge

La histórica lucha de los indígenas latinoamericanos por la tierra no sólo tiene que ver con la recuperación de un medio de producción fundamental que les fue violentamente expropiado desde los primeros momentos de la colonización europea hace más de quinientos años. La tierra tiene un sentido muy profundo en la cosmovisión y en la forma misma de existencia de los pueblo indígenas: ella es la “madre que nos acoge” o “Pachamama”[5], el espacio donde la vida se crea y se re-crea. En la visión indígena, el hombre debe “criar a la madre tierra y dejarse criar por ella”. Esta relación profunda entre el hombre y la tierra como fuente de vida se contrapuso radicalmente a la visión del colonizador que veía la tierra como objeto de posesión y espacio de saqueo y extracción de metales y piedras preciosas, objeto de depredación.

Estas visiones contrapuestas produjeron enormes tensiones y sufrimientos en los pueblos indígenas de nuestro continente, pues fue justamente la mano de obra indígena la que sustentó la minería en las colonias, que permitió la acumulación de capital que sustentó la hegemonía portuguesa y española en el sistema mundial. El trabajo esclavo en las minas fue uno de los principales mecanismo de exterminio de la poblaciones indígenas en nuestro continente.

Después de varios siglos de resistencia, el movimiento indígena contemporáneo recupera el sentido fecundo de su relación con la tierra, exigiendo el respeto a ésta como fuente de vida. Se trata entonces de preservar la tierra, el medio ambiente en que vivimos, el espacio donde nuestros hijos nacen y crecen, donde la flora y fauna nativa debe ser aprovechada por el hombre con un sentido de respeto y preservación. Esta postura ecológica, que corresponde a una visión milenaria del mundo, coloca al movimiento indígena latinoamericano en una posición de vanguardia planetaria, que levanta banderas universales para la sobre vivencia de la humanidad y del planeta, que exige que la extracción de recursos naturales y energéticos se realice sin depredar la tierra y favoreciendo principalmente a las poblaciones que viven en los territorios donde estos recursos se encuentran.

De esta manera, la vida y el ser humano se elevan a la condición de valores fundamentales para la organización de la sociedad y de un nuevo modelo de desarrollo y proyecto colectivo de futuro, sintetizado en el principio indígena del “buen vivir”.

Descolonialidad del poder: “mandar obedeciendo”

La organización comunitaria, el principio de la reciprocidad y solidaridad social, son características de algunas sociedades indígenas pre-coloniales, que han sido retomadas por el movimiento indígena latinoamericano como prácticas cotidianas que afirman un legado civilizatorio y una forma propia de ver el mundo. Al mismo tiempo se crean nuevas formas de autoridad colectiva y de autogobierno comunitario que rescata la comunidad como fuente de todo y cualquier poder y el poder del individuo sometido a la comunidad. Un ejemplo de estas nuevas formas de autoridad y ejercicio del poder han sido dadas por el Movimiento Zapatista en México, con el principio de “mandar obedeciendo”, que refleja claramente estas dos dimensiones de la autoridad.

Estamos pues frente a enormes desafíos. Tal vez una de las principales tareas emancipadoras consiste en liberarnos del eurocentrismo como visión del mundo y como estructura de producción de conocimiento. Se hace necesario re-elaborar nuestra historia y recuperar nuestra memoria colectiva y legado civilizatorio para construir nuestros propios modelos de desarrollo y proyector de futuro. El movimiento indígena nos ofrece enormes potencialidades y, por la profundidad de su propuesta y de su praxis, abre un nuevo horizonte histórico en América Latina y en el mundo.

- Mónica Bruckmann es socióloga peruana, doctoranda en ciencia política por la Universidad Federal Fluminense (Brasil) e investigadora de la Cátedra y Red UNESCO/UNU sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable – REGGEN.

Referencias Bibliográficas
BLANCO, Hugo. Avance del movimiento indígena en la lucha contra el sistema. En: ALAI – América Latina en Movimiento, 18 de setiembre de 2006. www.alainet.org
BRUCKAMANN, Mónica; DOS SANTOS, Theotonio. Los movimientos sociales en América Latina: un balance histórico. Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de América Latina y el Caribe de la red CLACSO. http://www.clacso.org.ar/biblioteca
COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS. Declaración de Cuzco, 17 de julio de 2006. www.alainet.org
CAOI. Declaración de los hijos de la tierra. En: ALAI – América Latina en Movimiento, 13 de mayo de 2008.
DAVALOS, Pablo (compilador). Pueblos indígenas, Estado y democracia. CLACSO Libros. Buenos Aires. 2005. 356 p.
GARCIA LINERA, Alvaro. El evismo: Lo nacional popular en acción. En: Revista del Observatorio Social de América Latina, Año VII, N° 19, enero-abril de 2006.
GARCIA LINERA, Alvaro. Indianismo y marxismo. En: publicação: Encarte
CLACSO. Cadernos da América Latina No. 2. São Paulo : CLACSO, Conselho Latino-americano de Ciências Sociais. Janeiro 2008.
GONZALEZ CASANOVA, Pablo; ROITMAN RESENMANN, Marcos. (Org.). Democracia y Estado multiétnico en América Latina. La Jornada Ediciones y Centro de Estudios Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades-UNAM. México. 1996. 390 p.
LANDER, Edgardo (Compilador). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, perspectivas latinoamericanas. CLACSO Libros. Buenos Aires. 2005. 248 p.
QUIJANO, Aníbal. Dom Quixote e os moinhos de vento na América Latina. En: Revista de Estudos Avançados 19 (55), 2005, p. 9-31.
SOUSA SANTOS, Boaventura. Estados Plurinacionales y constituyente. En: Boletín del Foro Latinoamericano de Políticas Educativas – FLAPE, N° 24, Año 5, Diciembre de 2008.


[1] QUIJANO: 2005.
[2] Ver: COORDINADORA ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS. Declaración de Cuzco, 17 de julio de 2006.
[3] Ver “Declaración de los Pueblos Indígenas: Llamamiento desde los Pueblos Indígenas frente a la Crisis de Civilización Occidental Capitalista”, Foro Social Mundial 2009, Belem, Amazonía, Brasil.
[4] Constitución Política de la República de Bolivia, vigente.
[5] En quechua significa “madre tierra”.

Movimiento "Cumbre de Los Pueblos". DECLARACIÓN DE LIMA (PERÚ).

imagePronunciamiento "Cumbre de Los Pueblos"

Asamblea Nacional 12 de octubre del 2008

Levantamiento NacionalPara liberar la Pachamama y construir el Estado Plurinacional

Nosotros, los miembros integrantes del Movimiento Cumbre de los Pueblos, reunidos en Asamblea Nacional de los Pueblos, a 517 años de la invasión europea al Abya Yala, el 12 de octubre del 2008, en la ciudad de Lima, luego de las Cumbres Macro Regionales realizadas en la Macro Sur (Puno) y Macro Centro (Huancayo y Pasco),

DECLARAMOS:

1. El Estado uninacional y el modelo neoliberal en el mundo están en crisis: financiera, ambiental y alimentaria. Los enormes monstruos financieros se derrumban, el cambio climático provocado por un modelo productivo de saqueo y agresión de la naturaleza, amenaza con destruir el planeta. Mientras el hambre se multiplica, se dedican las tierras cultivables a los agrocombustibles. Y el costo de vida sube cada día más, afectando a los sectores marginados y excluidos y multiplicando los índices de pobreza en todo el país.

2. El gobierno aprista y los conocidos grupos de poder, en su afán por servir a las empresas transnacionales, profundizar el modelo neoliberal y el saqueo de los recursos naturales, emiten normas y decretos legislativos vulnerando derechos de las comunidades andinas y amazónicas, la soberanía nacional y los derechos humanos, laborales, económicos, culturales, sociales y ambientales. Los 102 decretos han sido formulados al amparo de las facultades otorgadas al Poder Ejecutivo para implementar el TLC firmado con Estados Unidos, siendo muchos de ellos inconstitucionales y que vulneran los tratados internacionales.

3. Este servilismo a las empresas transnacionales genera la corrupción en las altas esferas del gobierno, funcionarios del Estado que entregan el país lote a lote a cambio de coimas, conocidas por los medios de comunicación, que deben ser investigadas y sancionadas, mas allá de gestos teatrales del presidente Alan García.

4. Simultáneamente la represión y criminalización de la protesta social se agudiza contra las comunidades andinas, amazónicas, los sindicatos y los movimientos sociales en su conjunto; son miles de líderes perseguidos, procesados, encarcelados e incluso asesinados. La criminalización de las justas protestas crece y los decretos legislativos inconstitucionales emitidos en julio del año pasado todavía siguen sin derogarse.

5. El repudio mayoritario del pueblo peruano, expresado en las luchas nacionales y que notoriamente se vio en el Moqueguazo y el levantamiento amazónico, está combinado con la profunda crisis gubernamental, la desigualdad entre el crecimiento económico y la economía de los pobres, y el destape de la corrupción. Esta situación de bancarrota política no será resuelta por el nuevo gabinete, el cual tampoco garantiza verdaderos cambios en la orientación de la política económica, ni el respeto por los derechos de los pueblos ni una verdadera lucha contra la corrupción.

6. El modelo económico de exportación primaria genera recursos económicos que no son distribuidos con equidad. Existen autoridades regionales y locales que solo piden mejorar la distribución de los ingresos, y cada conflicto social que se genera en las regiones termina con la instalación de mesas de diálogo que no cumplen los acuerdos; medidas que sirven para sostener el sistema, pero no para contar con reales políticas de Estado para la fiscalización, sanciones, reales ingresos por la explotación de los recursos ni una adecuada distribución de los ingresos.

EXIGIMOS:

1. Defensa de la soberanía de nuestros pueblos para dejar sin efecto la venta y concesión de los recursos naturales. Derogatoria del decreto legislativo 994 que busca privatizar el agua. Revisión, investigación y nulidad de todos los procesos de concesión petrolera y minera, y suspensión de toda nueva concesión.

2. Alto a la criminalización y la persecución de los dirigentes y líderes populares, y a la restricción de nuestros derechos. Derogatoria de los 102 decretos legislativos del TLC y 11 decretos legislativos de la criminalización. Defensa de los derechos de los trabajadores estatales y no a la venta de puertos y aeropuertos. Sanción para los autores de los asesinatos en el Paro Nacional Agrario de febrero y los crímenes de Ayacucho. Nos comprometemos desde nuestras organizaciones a asumir la defensa de los miles de perseguidos, procesados y detenidos.

3. Soberanía y seguridad alimentaria con los productos andinos y nacionales, agroecología: no a los alimentos y semillas transgénicos y a los agrocombustibles.

4. No a los megaproyectos de la Iniciativa para Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, IIRSA, que vulneran los derechos territoriales, sociales, económicos y ambientales de los Pueblos Andinos y Amazónicos.

5. Exigimos la despenalización de la hoja de coca, respeto de su uso tradicional y cultural. Alto a las erradicaciones forzosas. Exigimos la promoción de su industrialización y transformación benéfica.

6. Rechazamos a los organismos estatales que buscan implementar los decretos legislativos del gobierno aprista, como COFOPRI, que pretende individualizar el territorio comunal, y acordamos no permitir su ingreso a los territorios comunales.

7. Promoción del trabajo comunitario colectivista, como alternativa al desarrollismo neoliberal y aporte al modelo del Buen Vivir que recoge nuestros principios y prácticas ancestrales de equidad, reciprocidad y complementariedad.

ACORDAMOS:

1. LEVANTAMIENTO DE LOS PUEBLOS. Declarar ilegítimo al gobierno aprista por el incumplimiento de sus promesas electorales, programa de gobierno y acuerdos con diversas regiones y organizaciones del país, la corrupción generalizada, y por gobernar para los ricos y las trasnacionales contra los peruanos. En consecuencia, nos declaramos en rebeldía y desobediencia civil porque este gobierno ya no nos representa. Y acordamos luchar contra el sistema neoliberal, los TLC’s y los decretos legislativos inconstitucionales, iniciar el Levantamiento de los Pueblos desde el 20 de octubre en la región macro sur, e ir incorporándonos progresivamente desde todas las regiones, hasta generalizar el levantamiento en todo el Perú.

2. Construir un nuevo marco constitucional desde los pueblos con un nuevo sistema económico-social, que incluya y garantice el respeto por los derechos de los pueblos indígenas, amazónicos, las organizaciones urbanas, de trabajadores, de estudiantes, de mujeres y el movimiento social en su conjunto, y que recoja nuestra propuesta de un ESTADO PLURINACIONAL COMUNITARIO. Proponemos una Asamblea Constituyente formada desde las bases, que redacte una nueva Constitución Política del Estado

3. Construir el INSTRUMENTO POLÍTICO PLURINACIONAL para ejercer el derecho de participar activamente de manera autónoma en los procesos políticos, cubriendo el vacío existente de una auténtica expresión y representación de los pueblos, para liberar la Pachamama y nuestro país y así ejercer plenamente el poder.

4. Constituir comisiones de trabajo para organizar:

a. El levantamiento nacional de los pueblos andinos, amazónicos y urbanos.

b. Las propuestas para la Asamblea Constituyente.

c. La constitución del Movimiento Cumbre de los Pueblos y el instrumento político plurinacional.

5. Convocar a todas las organizaciones nacionales y de cada una de las regiones, a sumarse a este proceso de articulación y construcción de propuestas y del instrumento político de los pueblos.

6. Solidaridad, respaldo y apoyo para todos los dirigentes y líderes sociales perseguidos y enjuiciados en todas las regiones del Perú. Luchar por la amnistía de todos ellos.

7. Solidaridad con la Huelga Médica en el Perú, la huelga de los cañeros y los trabajadores judiciales en Colombia, y con todos los gremios y sectores en conflicto.

8. Solidaridad con el pueblo de Bolivia por las agresiones de un grupo oligarca, fascista, neoliberal, que pretende detener el avance del proceso de cambio, y participar con una delegación en el Encuentro Internacional de Solidaridad con este hermano país, que se reunirá del 23 al 25 de octubre en Santa Cruz de la Sierra.

Dado a los 12 días de octubre del 2008

MOVIMIENTO CUMBRE DE LOS PUEBLOS

Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas - CAOI, Confederación Nacional de Comunidades del Perú afectadas por la Minería - CONACAMI, Confederación Campesina del Perú - CCP, Confederación Nacional Agraria –CNA, Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana - AIDESEP, Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú - CONPACCP, Asociación Nacional de Maestros de Educación Intercultural Bilingüe, ANAMEBI Perú, estudiantes de San Marcos, frentes de defensa de Huanuco y Lambayeque, OBAC, municipalidad provincial de Palpa, CORECAMIs de Pasco, Cajamarca, Ancash, Junín, Huancavelica, Apurímac, Arequipa, Tacna, Ica, Lambayeque, FEDECPA Pasco, alcaldes y líderes de la provincia de Candarave, Coordinadora de Comunidades Indígenas del Pueblo Anqara (Angaraes-Hunacavelica) CIPA, asociación Cultural de Identidad y Desarrollo del Perú, Movimiento quechua de Ancash QUICHUA KUYUY, Federación de Comunidades Campesinas y Nativas de Huanuco FEDECCAN, Federación Regional de la Juventud Campesina y Nativas de Huanuco, Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Huaraz Ancash, Federación Regional de los Discapacitados de Ancash, CORECAMI Ancash, Red de defensa Territorial y Ambiental de la Cuenca del Valle Dorado de los Andes Huayhuay, provincia de La Oroya Junín, Federación de Comunidades Campesinas de Acobamba Huancavelica FEPCCA, Afectados por la Minería Aruntami SAC Puno Moquegua, Comité Juvenil Movimiento Cumbre de los Pueblos de la Universidad Nacional del Callao, Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, Organización Estudiantil Acción Crítica, Frente de Defensa de La Libertad y la Unidad de Comas FREDELACOM, Movimiento Cumbre de los Pueblos Trabajadores de Gamarra, Federación Departamental de Campesinos de Cusco, Frente Amplio de Defensa del Medio Ambiente de Tacna, Federación Provincial de Campesinos de Canchis, Movimiento Cumbre de los Pueblos de la Región Junín, Movimiento Campesino Agropecuario del Alto Huallaga (MCAAH), Federación de Campesinos de Tayacaja, Asociación Regional de Indígenas Kechuas de Tayacaja, Colcabamba, Huancavelica, ARENKI, Coordinadora Provincial de Organizaciones de Base de Defensa de Angaraes – Huancavelica, Comité de Vigilancia de Medio Ambiente Angaraes – Huancavelica, Federación Provincial de Comunidades de la Provincia de Castrovirreyna – Huancavelica FEPCP, Movimiento Unidos en Lucha, Movimiento Amazonía Unida – MAU, FDCP – Puno, ADEMUR Puno, organizaciones urbanas, sindicales y del movimiento social en su conjunto.

Llamamiento desde los Pueblos Indígenas

imagePueblos Indígenas ofrecen la alternativa del Buen Vivir.

Frente a la Crisis Civilizatoria. Lucha global por la Madre Tierra contra la Mercantilización de la Vida (12 de Octubre 2009). Articular alternativas de Descolonialidad, Bien Vivir, Derechos Colectivos, Autodeterminación, Justicia Climática.

El capitalismo colonial/moderno fue iniciado hace siglos e impuesto en el continente americano con la invasión del 12 de Octubre de 1492. Esta dió inicio al saqueo global e inventó las teorías de “razas” para justificar el etnocidio americano, la incursión en África para la trata de esclavos y el saqueo de otros continentes. Estos genocidios no han cesado y se sostienen en el poder gracias al capital transnacional y apoyo militar. Esta explotación/opresión global capitalista produce el calentamiento global que nos lleva al suicidio planetario.

Esta crisis de modelo de desarrollo capitalista, eurocéntrico, machista y racista es total y nos lleva a la mayor crisis socio ambiental climática de la historia humana. La crisis financiera, económica, energética, productiva agrava el desempleo estructural, la exclusión social, la violencia racista, machista y fanatismo religioso, todo junto a la vez. Tantas y tan profundas crisis al mismo tiempo configuran una auténtica crisis civilizatoria, la crisis del “desarrollo y modernidad capitalista” que ponen en peligro todas las formas de vida.

Pero hay quienes siguen soñando con enmendar este modelo y no quieren asumir que lo que está en crisis es el capitalismo, el eurocentrismo, con su modelo de Estado Uninacional, homogeneidad cultural, derecho positivo occidental, desarrollismo y mercantilización de la vida.

La crisis civilizatoria que vivimos en el marco del mundo capitalista nos obliga a reconstituir y reinventar nuevas y diversas opciones de convivencia entre naturaleza y sociedad, democracia, Estado, consumo. Urgen nuevos paradigmas de civilización y en ese contexto, no solo “otros mundos son posibles”, sino que son urgentes, y además, están siendo ya construidos desde las primeras víctimas de las formas más bárbaras de la violencia capitalista/colonial/moderna y contemporánea: los Pueblos y Comunidades Indígenas, Originarios, Campesinos, Ribereños, Quilombolas, Afrodescendientes, Garífunas, Caboclos, Dalits, entre otros, y sus hijos que migraron a las barriadas/fabelas pobres de las ciudades; y todos los demás excluidos, invisibles e “intocables” del planeta; quienes seguimos resistiendo, fortaleciendo y actualizando formas alternativas de civilización y organización social, tecnológica, ética, política, económica, cultural y espiritual de la existencia humana.

Los Pueblos Indígenas Originarios practicamos y proponemos: la unidad entre Madre Tierra, sociedad y cultura. Criar a la madre tierra y dejarse criar por ella. Crianza del agua como derecho humano fundamental y no su mercantilización. Descolonialidad del poder con el “mandar obedeciendo”, autogobierno comunitario, Estados Plurinacionales, Autodeterminación de los Pueblos, unidad en la diversidad como otras formas de autoridad colectiva. Unidad, dualidad, equidad y complementariedad de género. Espiritualidades desde lo cotidiano y diverso. Liberación de toda dominación o discriminación racista/étnica/sexista. Decisiones colectivas sobre la producción, mercados y economía. Descolonialidad de las ciencias y tecnologías. Expansión de la reciprocidad en la distribución de trabajo, de productos, de servicios. Desde todo lo anterior producir una nueva ética social alternativa a la del mercado y del lucro colonial/capitalista.

Pertenecemos a la Madre Tierra, no somos dueños, saqueadores, ni vendedores de ella y hoy llegamos a una encrucijada: el capitalismo imperialista ha demostrado ser peligroso no solo por la dominación, explotación, violencia estructural sino también porque mata a la Madre Tierra y nos lleva al suicidio planetario, que no es ni “útil” ni “necesario”.

Por ello hermanas y hermanos y activistas todos de los movimientos sociales del mundo, convocados en este Foro Social Mundial de Belem:

El Movimiento Indígena de Abya Yala / Continente Americano los llamamos a la más amplia unidad en la diversidad para:
• Reconstituir, reinventar y articular nuevos valores, estructuras o paradigmas civilizatorios que incluyan la Descolonialidad del Poder y Saber, Bien Vivir, Derechos Colectivos, Estados Plurinacionales, Justicia Climática, Autodeterminación de los Pueblos, Autogobiernos Comunitarios, Reciprocidad, Equidad y Complementariedad de género, entre otras dimensiones.
• La Movilización permanente en Defensa de la Madre Tierra y los Pueblos, contra la Mercantilización de la Vida, Contaminación, Consumismo Tóxico y Criminalización de los movimientos sociales y en ese marco realizar una movilización intercontinental el 12 de Octubre de 2009.

Belem do Pará, 1 de febrero del 2009

CAOI, Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas
• ECUARUNARI, Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador
• ONIC, Organización Nacional Indígena de Colombia
• CONACAMI, Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería
• CONAMAQ, Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyu (Bolivia)
• ONPIA, Organización Nacional de Pueblos Indígenas de Argentina
• Parlamento Mapuche (Chile)
• Convergencia Nacional Maya Wakib Kej
• ANAMEBI, Asociación Nacional de Maestros en Educación Bilingüe del Perú
• Consejo Nórdico Same
• CONAIE, Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador
• CONIC, Coordinadora Nacional Indigena y Campesina
• CONAVIGUA, Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala
• CUC, Comité de Unidad Campesina de Guatemala
• Consejo de Pueblos de la Comunidad San Marcos
• ARPI, Asociación Regional de Pueblos Indígenas de la Selva Central (Perú)
• MCP, Movimiento Cumbre de los Pueblos
• CAH, Consejo Aguaruna y Huambisa
• CRIC, Consejo Regional Indígena del Cauca
• AICO, Autoridades Indígenas de Colombia
• OPIAC, Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana
• Organización Indígena Kankuamo
• CRIDEC, Consejo Regional Indigena de Caldas
• OIA, Organización Indígena de Antioquia
• ORIVAC, Organización Regional Indígena del Valle del Cauca
• CNA, Confederación Nacional Agraria
• FDCC, Federación Departamental Campesina del Cusco
• Lucha Indígena
• Agencia Internacional de Prensa Indígena (México)
• FNMBS, Fed. Nacional de Mujeres Campesinas Originarias Bartolina Sisa (Bolivia)
• Red Juvenil TINKUY
• Frente de Defensa y Lucha Campesina y Mapuche de la Patagonia (Argentina)
• Mesa Nacional Indígena de Costa Rica
• Coordinadora del Pueblo Chorotega (Nicaragua)
• Convergencia abierta

http://www3.minkandina.org/

Informe: Perú: Indígenas de la Reserva Comunal Amarakaeri en riesgo



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Hace 9 años las comunidades indígenas Harakmbut, Matsiguenka y Yine celebraron la categorización de la Reserva Comunal Amarakaeri. Hoy, esos pueblos luchan por escapar de la depredación de sus bosques para salvar sus vidas.

En el año 2000, el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) determinó como área natural protegida el territorio de Amarakaeri, ubicado al margen sur del río Alto Madre de Dios, provincia de Manu.

Sin embargo, tras las concesiones mineras, la tala ilegal, la invasión foránea y las construcciones han puesto en riesgo a la reserva.

Este es el lamentable que viven actualmente los aproximadamente 2 mil indígenas que habitan la localidad producto de la explotación indiscriminada de sus recursos naturales.

Una lucha por la vida

La Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD) viene impulsando organizaciones como el Consejo Harakmbut, Yine y Matsiguenka (COHARYIMA) y el Ejecutor de Contrato de Administración (ECA) de la reserva Amarakaeri.

Ambas organizaciones están integradas por representantes de las comunidades nativas de Shintuya, Diamante, Boca Isirihue, San José del Karene, Puerto Luz, Barranco Chico y Puerto Azul o Barraca, localizadas en un área de 402 mil 335 hectáreas.

“Todos los pobladores indígenas que viven en la reserva ven como una amenaza a la minería y la tala ilegal que depreda nuestros suelos”, aseguró a Servindi el presidente del ECA, Adán Corisepa Neri.

Corisepa, de la etnia harakmbut, señaló además que “lo peor de todo es que son actividades ilegales, en Madre de Dios abunda la minería ilegal que contamina aun más nuestros ríos”.

“Un gran número de indígenas es obligado a trabajar en estas minas ilegales. Algunos siguen hasta ahora por las amenazas que reciben”, señaló.

“Muchos indígenas se han desplazado, sobretodo los matsiguenka porque las petroleras y los madereros ya ocuparon sus tierras. Nosotros estamos indignados porque no hubo una consulta de por medio”, agregó Corisepa.

¿Complicidad estatal en la explotación?

“Las amenazas vienen principalmente de Perúpetro. Ellos han conversado con nosotros para que aceptemos la actividad pero se lo hemos negado”.

Ante esta negativa, Adán Corisepa afirmó que la empresa estatal pretendió sobornar a algunas comunidades indígenas a fin que cedan en su posición y permitan realizar labores de explotación petrolera.

“Son astutos porque han ido directamente a las comunidades pequeñas para ofrecerles apoyo a cambio de aceptar la actividad extractiva. Nosotros tenemos que estar alertas”, denunció.

Asimismo, afirmó que los dirigentes del ECA son víctimas constantes de amenazas de parte de personas vinculadas a la empresa, que ya viene realizando operaciones en la zona.

El verdadero precio

En 1977 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció la fauna silvestre y la diversidad de plantas de la zona como Reserva de Biosfera, la cual corre el riesgo de desaparecer.

“Ya no hay tierras para la agricultura. Los camotes, las piñas, las yucas, los plátanos y otros cultivos ya no crecen como antes porque los nutrientes del suelo están contaminados”, lamentó Corisepa al detallar la gravedad de los daños ocasionados en su territorio.

“Antes teníamos a los animales muy cerca, podíamos cazarlos y alimentarnos. Ahora el sonido de las maquinarias de las empresas petroleras, madereras y mineras los han espantado”, agregó.

No sólo los recursos naturales fueron destruidos sino también los atractivos turísticos. “La tala de árboles a desaparecido una ciudad arqueológica, lo que afecta a nuestra capacidad turística y a nuestra historia”.

Medidas

Ante esta situación, FENAMAD decidió iniciar una medida que recupere el hábitat de los grupos étnicos de la reserva que denominaron el Plan Maestro.

Este plan es el principal documento de planificación de la Reserva Comunal Amarakaeri para los próximos 5 años, donde se definen la zonificación, estrategias y políticas generales para la gestión de la zona.

Además, el CAE viene trabajando un programa conjunto con las comunidades que rechaza la presencia de actividades extractivas en el territorio anteriormente declarado como área protegida.

Güeppí: Para muestra un botón

Una situación similar atraviesa la Zona Reservada Güeppí, en la provincia de Maynas (Loreto), que acaba de ser entregada en concesión por el Ministerio de Energía y Minas para explotar el Lote petrolero 117.

Un área de extraordinario valor cultural y refugio de biodiversidad, poblada por comunidades indígenas kichwas, secoyas y boras desde tiempos ancestrales.

Allí, la Organización Indígena Secoya del Perú (OISPE) y la Federación Indígena Kichwa del Alto Putumayo Inti Runa (FIKAPIR) denunciaron la violación de su derecho a Consulta frente al inminente inicio de actividades de Petrobras Energia Peru.

En ese sentido, es necesario que el Gobierno peruano tome medidas a fin de garantizar el bienestar de los pobladores indígenas y su derecho a la propiedad de las tierras como lo establece la normativa internacional.

http://www.servindi.org/